PROLOGO

A veces las palabras se nos ofrecen como escape, como refugio o simplemente, disfraces de silencios.

En nuestro caso, se transformaron en guarida, lugar de duelo y expresión del grito que nos quemaba el alma


Con el tiempo, tomaron forma y vuelo, los versos desgarrados mutaron para alcanzar una meta: sentir a Michael vivo

A medida que escribíamos, aprendimos a mirarlo y a mirarnos, fuimos espejo las unas de las otras; redescubrimos la pasión innegable, el deseo despojado de inhibiciones y el amor como fuente de todo lo posible.

Entretejidos en un diálogo íntimo, cada poema se fortaleció, como si el sagrado beso de nuesto ángel guiara la pluma.

Uno a uno (una a una), la red de abrazos ya estaba extendida y caminamos con la convicción plena de las que ya no tienen miedo, haciéndonos escudo de su nombre, guardianas de su historia, guerreras de su causa.

Así, las ilusiones redefinieron las horas, vestimos la fe con guante de plata y en el paso de luna, dibujamos sus iniciales para que la noche las esparza agradecida.

El tiempo no se detuvo; tampoco, la tristeza. Sin embargo, nuestros ojos no se muestran vencidos, se alimentan en la belleza de los suyos, en la certeza de que la felicidad se hace de milagros cotidianos. Y a pesar de saber nuestras limitaciones, nada detiene la marcha porque hemos descubierto la fórmula del neverland.

Aquí la revelamos, a corazón abierto, sintiendo que en cada palabra, en cada verso, su deseo primigenio ha sido alcanzado: amar el mundo.

Nos verás a nosotras, sí, pero más lo verás a él, Peter Pan escurridizo, girando en moléculas de vida, en la risa victoriosa de los niños, la calma del anciano, el dolor del que sufre, el fuego del que canta.

Somos mediadoras de su magia, aquí te la entregamos, en esta danza del sueño, ese sueño que quiso brillar y que no sólo fue luz, sino que fue magnificencia, fue universo, fue eternidad.

The team.

sábado, 30 de octubre de 2010

Quise escribirte un poema, en el marco de la fecha negada, y no pude porque no encuentro adornos en mis palabras más que las que el dolor me marcan. Por eso, te escribo, amor mío esta carta, la forma más directa

Voy a empezar deciéndote "Mi querido Michael" porque te siento parte de mi existencia, mi vida, mis horas, mis sueños.

Mi querido Michael:

Otro mes más de esa partida indescriptible, de la enorme conmoción que nos causó saber que el mundo te había perdido. Aún siento en las venas, en la sangre y en el pecho el ahogo, el dolor punzante que me invadió casi un año atrás.
No me alcanzan las palabras para pedirte perdón, perdón por los parentésis, por los sentimientos que nunca debieron dormirse, por haberme negado a mi misma la posibilidad de llenarme de vos, como cuando era chica y adolescente, y desaparecer en los momentos en que necesitabas de mi presencia.
Cada vez que tu esencia divina me besa la sangre, me impulsa a alcanzar logros explotando lo mejor de mí, me siento en deuda.
Por eso, honrarte, quererte, idolatrarte se me hace vitalicio, y agradezco día a día que mi pensamiento se haya alimentado de tu palabra sabia, de esa acción tan loable que te posiciona en el podio alto de los genios, de los humanistas, de los nobles.
Te quisiera aquí, en cuerpo presente, gozando de la vida, creciendo con tus hijos, encontrando el amor y que ese amor no te suelte, que camine con vos llenándote de dicha, te quisiera aquí, en la luz de tu talento, sorprendiéndonos con tu música (si es que hay sorpresa alguna) con tu talento. El destino no lo quiso, y la verdad, no entiendo sus razones.
Aún así te nos manifiestas en todo lo que genere amor, en la naturaleza hermosa que supiste proteger, en los niños, tu lucha, tu adoración; y a pesar de la mediocridad y maldad de ciertos ignorantes, continúas dando lecciones de grandeza, porque tu brillo es marca registrada de eternidad.

Te amo

Lenya

No hay comentarios:

Publicar un comentario