Desperté gritando a tu ausencia,
mi eterno corazón lleno de pena,
tan solo me quedaba tu esencia,
más pura que la azucena.
Tu música acaricia la luna llena,
melodía sagrada, esa es mi cura
Tu voz mantiene mi agonía serena,
y sonríes desde el cielo con dulzura.
Canta mi alma en la noche oscura,
me sonríes desde el cielo con ternura.
Oh! Muero de dolor y sed de amor,
Pues hay un ángel dándome calor.
No diré que te quiero
como se aman las cosas
verdaderas de esta tierra,
Te diré que te amo;
como amo el diluvio
que consume el silencio
de mis noches de estío,
la amapola evocadora
o la mar enardecida
sobre la arena caliente
de las playas de mi isla.
Tampoco diré que te amo
como quiero a los hombres
que ocuparon mi memoria
con impresiones sensibles
y metáforas accesibles
donde edifiqué sus nombres.
Te diré que te amo
como se ama
la ensoñación tras el sueño,
la virtud tras el delirio.
Eres un poco el hado
que siempre está y nunca llega;
también el secreto
que sobrevive inmaculado
tras la ventana del alma
como un tesoro escondido.
No, no diré que te quiero
como se aman las cosas
verdaderas de esta tierra.
Diré mejor que te quiero
como se ama el vacío,
la verdad y la palabra
o como se ansía aquello
que jamas se alcanza.
mi eterno corazón lleno de pena,
tan solo me quedaba tu esencia,
más pura que la azucena.
Tu música acaricia la luna llena,
melodía sagrada, esa es mi cura
Tu voz mantiene mi agonía serena,
y sonríes desde el cielo con dulzura.
Canta mi alma en la noche oscura,
me sonríes desde el cielo con ternura.
Oh! Muero de dolor y sed de amor,
Pues hay un ángel dándome calor.
No diré que te quiero
como se aman las cosas
verdaderas de esta tierra,
Te diré que te amo;
como amo el diluvio
que consume el silencio
de mis noches de estío,
la amapola evocadora
o la mar enardecida
sobre la arena caliente
de las playas de mi isla.
Tampoco diré que te amo
como quiero a los hombres
que ocuparon mi memoria
con impresiones sensibles
y metáforas accesibles
donde edifiqué sus nombres.
Te diré que te amo
como se ama
la ensoñación tras el sueño,
la virtud tras el delirio.
Eres un poco el hado
que siempre está y nunca llega;
también el secreto
que sobrevive inmaculado
tras la ventana del alma
como un tesoro escondido.
No, no diré que te quiero
como se aman las cosas
verdaderas de esta tierra.
Diré mejor que te quiero
como se ama el vacío,
la verdad y la palabra
o como se ansía aquello
que jamas se alcanza.
BLOOD
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